Ermita de San Sebastian

Ubicación

Se encuentra enclavada en el extremo de un cerro que cae cortado bruscamente en el llamado Cuarto de Val de Mico, al norte del núcleo urbano de Lastanosa. El templo es visible desde la propia localidad.

Características arquitectónicas

El acceso a la ermita se hace a través de un pórtico, abierto con dos arcos apuntados de bastante anchura, sobre los que se levanta una espadaña para albergar una campana. Cada 20 de enero, día de San Sebastián se celebra la misa, siendo el patrón de las fiestas pequeñas o de invierno. 

Ermita de Santa Ana

También sobre un cerro está enclavada la ermita de Santa Ana. De origen próximo al de San Sebastián, congrega a los fieles de Lastanosa el día 26 de julio, festividad de la titular. El pueblo llega a la ermita a primeras horas de la mañana y tras la misa, hay reparto de panes bendecidos. También es costumbre antigua y presente el subir a la ermita de Santa Ana para Pentecostés. Las viejas romerías a esta ermita en petición de agua de lluvia se han perdido hace ya algunos años. 

De su cosntrucción, quedó constancia de la obra encargada por el concejo municipal en 1526 al maestre fustero de Sariñena Joan Faxas, por el que debe intervenir en los arcos, revocar los muros y hacer el rafe (alero) con tejas y ladrillos. 

Iglesia Parroquial

La primera iglesia, del siglo XIII y estilo románico, debió compartir similitudes con la de la vecina localidad de El Tormillo. El actual templo se levantó en el siglo XV sobre el románico anterior, guardando la robustez en su aspecto de haber sido un templo-fortaleza. Fue consagrada el 30 de abril de 1570.

De una sola nave, y de considerable altura, tiene un ábside poligonal y en cada uno de sus tres paños se abre una ventana de arco apuntado. La portada es un arco de medio punto con finas arquivoltas (las primeras, ligeramente apuntadas) y las exteriores acaban en sendos escudos heráldicos. A ambos lados de la puerta, y pegados a la fachada, dos bancos corridos de piedra. Por su estilo y características, cabe la posibilidad de que se trate de la portada del templo original, y podría datarse en el siglo XIII. También muchos de sus sillares debieron reutilizarse, pues presentan marcas de cantero, como flechas, círculos, cruces o escuadras.

En época moderna se construiría el atrio de entrada que la cubre, cerrada con una reja de forja. Y como ocurre en otras iglesias contemporáneas de localidades vecinas, la torre-campanario alberga a sus pies un espacio utilizable. Presenta un primer cuerpo construido en piedra, y el superior, más pequeño y ligero, en ladrillo, está coronada por un chapitel y la veleta original, albergando en su interior tres campanas.

Historia de las tres campanas
La mayor, y más antigua de todas, tiene una boca de 1,10 mts. y un peso de unos 700 kgs. Fue fundida en el año 1525, que fueron jurados en aquel año Bartolomé Beltaire y Juan Paul y Domingo Marcellán fue quien  la costeó.

La campana mediana tiene una boca de 90 cms. y un peso aproximado de 400 kgs. Fue fundida por el campanero Ballesteros en el año 1900 y está dedicada al patrón de la localidad, a quien se dirige la inscripción en ella labrada: “San Salvador, ora pro nobis”.
 
La campana pequeña databa de la misma fecha que la anterior y fue fundida por el mismo campanero. Tenía un embocadura de 45 cms. y un peso aproximado de 75 kgs. Estaba dedicada a Santa Ana, pero debido a su mal estado, fue retirada en la última restauración del templo, en 1960.

Hay noticias de la existencia de la cofradía de El Salvador desde 1525 hasta 1913, con cofrades de Lastanosa y de numerosos pueblos del entorno.

Retablo

Dedicado a la vida de El Salvador, se conservan tres tablas y medio basamento del conjunto, que fue encargado en 1490 a Juan de la Abadía, padre e hijo, afamados artistas de la provincia, y autores de numerosos retablos por todo el Altoaragón.

Su estilo presenta claras influencias de la pintura y el grabado flamencos de la época, con figuras solitarias y esbeltas, con caras ovaladas y finos rasgos, típicos del norte de Europa.

Ubicado en el ábside de la iglesia, es uno de los pocos casos de Los Monegros en que las tablas de un retablo medieval se conservan en su lugar original:


La tabla central, de mayor tamaño, presenta la imagen de El Salvador, vestido con túnica y manto, bendiciendo con la mano derecha y sujetando un libro con la izquierda, sobre fondo azul estrellado en oro. Rodeándolo, en las cuatro esquinas de la tabla, están representados los cuatro evangelistas: Mateo como hombre, Marcos como un león, Lucas como un toro y Juan como un águila.

A la derecha, la tabla de la Epifanía, representando la escena de la Adoración de los Reyes Magos, ante una Virgen María que tiene en sus brazos al niño Jesús.

A la izquierda, la tabla de Cristo en la Cruz, representando el Calvario.

El basamento, conservado sólo en mitad, representa a seis de los doce apóstoles.