Iglesia de San Jorge

La nueva iglesia de San Jorge del barrio de La Estación se construyó en sustitución de la anterior, levantada en 1928, y que sufrió severos daños durante los bombardeos en la guerra civil, dado el papel estratégico del ferrocarril durante el conflicto.


El edificio presenta planta basilical, alargada y rectangular, de una única nave y testero plano. De volúmenes cúbicos y macizos, la entrada se hace bajo un arco de medio punto. Los pocos vanos que se abren son del mismo estilo, una reminiscencia al arte románico que tanto gustaba a los arquitectos de Regiones Devastadas. La torre, ubicada a la derecha de la entrada, repite los mismos vanos y presenta un vistoso tejado a cuatro aguas. En un conjunto tan formal y falto de ornamento, la única licencia decorativa son las columnillas helicoidales que parten los vanos gemelados del edificio. Tanto la iglesia como la torre se coronan con un generoso alero de madera bajo el tejado, al más puro estilo aragonés.


El estilo busca elementos de la arquitectura medieval, con un espacio interior sencillo y sobrio, con arcos y vigas a la vista, como es típico en la arquitectura popular aragonesa, y apenas elementos decorativos, consiguiendo una sensación de atemporalidad. 


El edificio parroquial anexo, de una planta, presenta un pequeño pórtico en la fachada principal.

Harinera de Monegros

La Harinera de Monegros, proyectada por el arquitecto Amado Pueyo Mesple y construida en 1949, es una edificación industrial racionalista e historicista de posguerra, presente en Sariñena a través de la obra de Regiones Devastadas. El edificio se encuentra incluido en el Inventario del patrimonio industrial y la obra pública de Aragón. La actividad industrial de la Harinera de Monegros cesó en 2012 y su valor reside en haber conservado la maquinaria original. en su mayor parte pertenece a la casa suiza Bühler, y la documentación de siete décadas de trabajo.


Su configuración responde a la tipología de fábrica de pisos, condicionada por el proceso de fabricación, que sigue un recorrido en sentido vertical, de un piso a otro, elevando los productos mediante un sistema mecánico y jugando con la fuerza de la gravedad. De este modo, es el edificio el que se configura y organiza en torno a la maquinaria y no al revés. La distribución es la siguiente: turbina en el sótano; zona de limpia, molturado, empacado y almacén en la planta baja; zona de limpia en la primera planta, y zona de cernido en la segunda.


El edificio, con forma de «L», está compuesto por dos volúmenes de diferentes alturas. El primero alberga la maquinaria de trasformación, se desarrolla en tres plantas y sus fachadas principales dan frente a la calle, protagonizadas por un torreón central, mientras que la fachada posterior da a las vías del ferrocarril. El segundo edificio, de dos plantas y situado en el lado derecho, se destina al ensacado y almacenamiento del producto terminado. Ambos están enfoscados en los dos primeros pisos con cemento, salvo la tercera planta de la fachada principal, en su planta tercera, que destaca por el ladrillo cara vista entre los vanos.


En el torreón se ubica el acceso principal al edificio y la escalera de comunicación a las diferentes plantas. Su cuerpo está ligeramente adelantado respecto a la fachada y presenta en su frente principal un gran hueco alargado acristalado con marco cuádruple. En la parte superior presenta esquinas achaflanadas sobre las que se disponen pináculos. El último cuerpo, de planta octogonal, está construido con ladrillo cara vista. Sobre sus cuatro caras principales se abren huecos romboidales que dan luz y ventilación al espacio interior. Remata el torreón una cubierta a ocho aguas se con veleta y pararrayos.