Historia y patrimonio
Fue el último pueblo de colonización construido en Los Monegros, planificado por el arquitecto José Borobio y levantado en 1968. Debe su nombre a su ubicación, entre el río Flumen y el barranco de San Juan. Algunos autores lo relacionan con la pardina La Sarda de los Cortijos, citada por Madoz en el siglo XIX.
Su característico plano urbano, en forma de abanico, anticipó el carácter de sus vecinos, afables y hospitalarios.
El centro del pueblo lo constituye la plaza, elevada con respecto al resto de calles y porticada, donde se ubican los principales espacios y edificios públicos en torno a una zona ajardinada. La iglesia sigue la misma estética que el resto de edificaciones de la localidad, usando la piedra como elemento tradicional, a los que suma las vidrieras de colores, típicas de la década de 1960, como elemento contemporáneo.
Su esbelta torre campanario, exenta del edificio y de aspecto ligero, gracias a las celosías de ladrillo en sus muros, está rematada por una cruz de hierro.
Todo el pueblo fue construido en piedra, armonizando así con el entorno, en el que destaca su pantano, escenario de diferentes pruebas deportivas y zona de ocio y esparcimiento. En las proximidades se encuentra también un pozo de hielo, del siglo XVI, y otros restos arquitectónicos, demostrando el poblamiento y usos de la zona a lo largo de la historia.
Actividades
San Juan es un pueblo dinámico, impulsor del conocimiento de las setas en la zona, organizando cada otoño las Jornadas Micológicas de Monegros.
Su belén artesanal, construido por un grupo de vecinas y con homenajes y referencias a sus primeros pobladores (o colonos), forma parte de la Ruta del Belén de Aragón y es una de las citas obligadas de cada navidad.
Fiestas
San Juan del Flumen celebra sus dos fiestas patronales en la onomástica de su patrón: el 24 de junio, día de San Juan Bautista, y las mayores, el 29 de agosto, San Juan Degollado.